PROSPECCIÓN
Como en cualquier actividad deportiva
la detección de atletas de futuro alto rendimiento va a depender de la cantidad
de jóvenes atletas que pasen por nuestras manos. Es pura estadística. ¿Quién domina
el medallero en los campeonatos internacionales, temporada tras temporada? Los
países con más población. Por tanto apliquemos esta realidad a nuestra pequeña
escala. Si no vienen los atletas los tendríamos que ir a buscar y uso el
condicional porque soy consciente de la dificultad que esto entraña.
¿Qué edad sería la mejor para iniciar
a una niña o un niño en el atletismo? A mi entender sobre los 9 o 10 años en
escuela de atletismo y cierta especialización ya en infantil, pero esto no es
dogma de fe y se que lo que expongo va a ser muy discutible y controvertido.
Por tanto las escuelas de atletismo
de los clubs son fundamentales para este trabajo. Estas han de tener monitores
bien formados y entrenadores especialistas en cada una de las especialidades de
atletismo (especialistas en velocidad-vallas, saltos, lanzamientos,
fondo-mediofondo y marcha atlética) que no sólo supervisen la tarea del monitor
si no que han de ver a los benjamines, alevines e infantiles con regularidad.
Esto sería lo ideal, luego el día a
día y la gestión de los recursos nos devuelve a una realidad que es testaruda.
La escuela de atletismo bien dirigida
ha de tener como propósito que todos los niños pasen por todas las
especialidades. Con esto vamos a conseguir dos objetivos fundamentales:
1. La detección
temprana de las habilidades y capacidades naturales.
2. Empatía entre
todos los atletas, evitando el clasismo entre especialidades. Es decir, que los
atletas no vean a ningún atleta de una especialidad que no sea la suya como un
bicho raro, ya que todos han practicado de todo, incluida la marcha atlética.
ENTRENAMIENTO
Aunque estemos ante unos atletas en
ciernes, se impone la planificación, tanto de sesiones como la frecuencia con
la que ves a estos niños.
Es importante el tener un registro de
los niños que nos llaman la atención por su predisposición natural, pero ningún
niño/ña es descartable ya que cada individuo tiene su maduración
psicomotriz propia.
Voy a pasar a definir el método de
detección que uso con un grupo nuevo:
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Los ejercicios de técnica, que hoy en día ya están ya muy difundidos, sobre
las líneas delimitadoras de calles de las pistas de atletismo. Encontramos
infinidad publicados en red.
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Usaremos estos ejercicios para, de una forma natural,
conseguir la transición del puro andar a la marcha. Cuidar mucho el no
aturdir al los niños/as con cuestiones de reglamento. Sirve de muy poco entrar
en el reglamento, ya que se puede hacer muy abstracto a estas edades el reglamento
de la marcha que para los adultos es relativamente fácil de entender.
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Una vez acabada esta transición del andar al marchar, ya
tenemos pequeños marchadores. Ahora es el momento de verlos en acción y para
esto necesitamos visualizar la técnica/estilo (diferenciaré más adelante estos
conceptos que se solapan y confunden), para esto montaremos un pequeño circuito
con conos de 30 metros de cuerda de forma más o menos elíptico, y les pediremos
que de tres en tres hagan una pequeña competición entre ellos.
-
Serán tres series sobre este circuito. Una de 1 vuelta,
otra de 2 vueltas y otra de 3 vueltas. Lo que se quiere conseguir, es detectar
a velocidad quien tiene talento natural. La forma del circuito elíptico y la
velocidad nos ayudaran la observación
-
Al finalizar haremos un registro del atleta (asociar
cara-nombre). Intentar que esto pase desapercibido para que ningún atleta se
vea discriminado y el mismo se autodescarte para la especialidad. Naturalidad y sentido
común, intentar que el entrenador lo registre de forma memorística, para evitar
destacar a nadie delante del grupo.
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Nos encontraremos con un pequeño número de atletas que
tienen un “estilo” natural, hablamos de uno o dos de cada diez, sin distinción
de sexo. En mi experiencia no he encontrado diferencias entre niñas y niños en
el momento de asimilar la técnica.
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Podemos hablar de técnica o estilo, pero no son
sinónimos. Para mi los separa pequeños matices. La técnica engloba aspectos más
relacionados con el reglamento, en cambio el estilo más con la elegancia, la
economía de energía y la predisposición natural.
GESTIÓN DE LA PRECOCIDAD
Una vez tengamos detectados estos
atletas podemos programar ver a estos benjamines y alevines, entre 2 y 3
sesiones al mes, a los infantiles un mínimo de 1 sesión semanal.
Nos podemos encontrar con atletas que
fácilmente consigan registros entre 5 y 6 minutos el km y tenemos que saber
gestionar esta precocidad.
Ellos mismos y el calendario de
competiciones nos van a exigir que se vayan decantando cada vez más hacia la
especialidad.
El número de sesiones semanales totales
(no de marcha) aconsejable sería el siguiente: Benjamines, alevines e
infantiles: 2 sesiones entre semana + competición (cada 15 días, esto estricto.
No se puede competir cada fin de semana).
A partir de infantil podemos
introducir un entrenamiento el fin de semana que no compitan.
A partir de cadete, aquí si que el
atleta tiene que estar completamente especializado: 3 sesiones entre semana +
competición, igualmente cada 15 días, aunque el calendario a veces nos hace
abjurar de nuestras convicciones, hablo de campeonatos importantes a nivel
individual y también de club (recordar que los marchadores/as cadetes ya son
reclamados para las ligas de club).
GESTIÓN DEL ENTORNO DEL NIÑO/A
La familia es fundamental en el
desarrollo del futuro atleta. Hay que encontrar un equilibrio entre la
inexistente implicación de los padres y la injerencia que a veces puede llegar
a ser asfixiante. Intentar mantener a los padres al margen lo más posible de
los aspectos técnicos, ya que puede complicar mucho tu trabajo.
A nivel personal decir que este aspecto
es lo más ingrato que encuentro en el trabajo de entrenador de atletas de
promoción y el que más problemas me ha suscitado.
El auge del running y la gran oferta
de carreras populares, nos hace que atletas que sobrecompiten con sus padres,
al margen de entrenador y con el desconocimiento de este. Estas competiciones
son, al fin y al cabo, sesiones de entreno que no contabilizas ni controlas,
que sobrecargan al niño/ña. Mi consejo es ser tajante desde el primer día. El
número de sesiones y competiciones las decide el entrenador. Si no convencen
tus métodos a la familia, lo mejor es cortar la relación profesional. Son
situaciones larvadas que te acaban estallando en la cara tarde o temprano.
En cuanto a la incomprensión de la
descalificación de un niño hay que mantenerse al margen. Explicar al niño y a
la familia que esto es la marcha y que el reglamento es el mismo para un atleta
de 10 años que para uno de 20, que no dista mucho una descalificación en
marcha, de tres nulos en longitud o en triple. Si no lo entienden o montan
folclore en la misma pista a los jueces, hay que pedir que reflexionen y que si
es necesario invitarlos que dejen de competir en marcha atlética.
Entrenador nacional de atletismo
Atleta olímpico en Seúl 1988
Medallista bronce Junior Atenas 1986
ricardpueyo@gmail.com
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